Pedro Rodríguez de Campomanes

Retrato de Pedro Rodríguez de Campomanes por Selma y Mengs, entre 1772 y ¿1810?. © Biblioteca Nacional de España

letra E

Toma de Posesión

8 de Febrero de 1763

Fallecimiento

3 de Febrero de 1802

Pedro Rodríguez de Campomanes

Académico de número

Sorriba (Asturias), 1723-Madrid, 1802

El 8 de febrero de 1763 era nombrado académico el jurista y político ilustrado Rodríguez de Campomanes, que había sido admitido como supernumerario seis años antes, el 27 de enero de 1757.

Nacido en Santa Eulalia de Sorriba (Asturias) el 1 de julio de 1723, Rodríguez de Campomanes fue director de la Real Academia de la Historia durante más de treinta años. Político y escritor, «su extraordinaria personalidad política deja en zonas de sombra su actividad intelectual» (Alonso Zamora, La Real Academia Española, p. 52).

Durante su extensa carrera como jurista y político ocupó numerosos y relevantes cargos; fue abogado de los reales consejos en Castilla en 1745; letrado de las casas nobiliarias de Benavente, Miranda, Alba y Alburquerque, y de la sede primada de Toledo. Trabajó como censor de la corte en 1756 y como presidente de la Compañía de Libreros e Impresores del Reino. Se encargó, entre otras tareas, de la ordenación de los manuscritos de El Escorial e intervino activamente en la expulsión de los jesuitas, tras la cual dispuso la organización de bibliotecas públicas con los abandonados fondos de la Compañía de Jesús; gracias a aquellos fondos surgió la riquísima biblioteca del Colegio Imperial de Madrid.

Rodríguez de Campomanes fue también asesor general del Juzgado de la Renta de Correos y Postas del Reino (1755-1762); ministro togado del Consejo de Hacienda (1760); fiscal de lo civil del Consejo Real de Castilla (1762-1783); presidente del Consejo de Castilla en 1783 y consejero de Estado en 1791. Presidió las Cortes reunidas a la muerte de Carlos III y propuso, entre otras medidas, que las mujeres pudieran ser sucesoras en el trono; Carlos IV no sancionó esa propuesta, que se convertiría, más adelante, en el germen de las guerras dinásticas del siglo xix.

Como intelectual e ilustrado, Campomanes perteneció a varias instituciones culturales españolas y extranjeras; fue miembro de la Española y de la Real Academia de la Historia, así como de las extranjeras Académie des Inscriptions et Belles Lettres de París desde 1758 y de la Philosophical Society of Philadelphia desde 1786. 

Apasionado por la cultura y la literatura francesas, además de su faceta como jurista y como político —que eclipsaron en algunos casos su labor intelectual— escribió, entre otros, los ensayos Disertaciones históricas del orden y caballería de los Templarios (1747), Vida y obra de Feijoo (1765), Tratado de la regalía de amortización (1765), Fomento de la industria popular (1774) y Discurso sobre la educación popular de los artesanos y su fomento (1775); comenzó también a escribir el libro Historia de la Marina española, pero quedó inconcluso.

A partir de 1791, Campomanes renunció a todos sus cargos y se retiró de la vida pública. Murió en Madrid, prácticamente ciego, el 3 de febrero de 1802, treinta y nueve años después de haber ocupado su sillón en la RAE.

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