El historiador, poeta y jurista —hermano del académico Ramón Menéndez Pidal y miembro de la familia asturiana de los Pidal, conocidos políticos de la Restauración y amantes de las letras— tomó posesión del sillón A de la Academia el 24 de enero de 1915. A su discurso, titulado Vida y obras de Luis Zapata, le respondió, en nombre de la corporación, Francisco Rodríguez Marín.

Nacido en Madrid el 31 de mayo de 1858, Juan Menéndez Pidal comenzó la carrera de Leyes en Oviedo y se licenció en Derecho Civil y Canónico por la Universidad de Valladolid el 15 de junio de 1878. En 1881, se doctoró por la Universidad Central.

Pronto demostró gran afición por el periodismo y colaboró, entre 1877 y 1881, en el periódico madrileño El Mundo Político, órgano del Partido Moderado; en el semanario satírico asturiano El Trasgo (1883), y en el Boletín del Centro Asturiano de Madrid, donde publicó trabajos literarios. Su temprana afición terminó consolidándose; entre 1886 y 1890 colaboró en el periódico cordobés La Alborada y, a partir de 1891, lo hizo en uno de los periódicos madrileños conservadores de la época, La Unión Católica (más tarde llamado El Universo), del cual fue director durante cuatro años (1895-1899).

En 1896 ingresó en el cuerpo facultativo de archiveros, bibliotecarios y anticuarios y obtuvo, en 1897, una plaza para el Archivo Histórico Nacional de Madrid. Trabajó en la sección de sigilografía y reorganizó, de manera destacable, la colección de sellos del archivo.

Como otros académicos de la época, Juan Menéndez Pidal coqueteó, también, con la política. Fue elegido diputado a Cortes por el distrito de Ribadeo (1891-1893), gobernador civil de Pontevedra (1899), gobernador civil de Guadalajara (1902) y gobernador civil de Burgos (1903).

Un año más tarde, en 1904, el archivero abandona la política para recogerse, de nuevo, en el silencio del archivo. El 5 de junio de 1905 es nombrado secretario general del Cuerpo Facultativo y de la Junta Facultativa y continúa sus servicios en la Biblioteca Nacional, pero Menéndez Pidal vuelve al Archivo Histórico Nacional y es nombrado director en 1908, cargo que desempeña hasta su muerte.

Su labor en el Archivo Histórico Nacional quedó recogida en numerosos estudios eruditos —en su mayoría artículos de revista— sobre temas de sigilografía y sobre escritores españoles del siglo xvi, como el propio Luis Zapata, a quien dedica su discurso de ingreso en la Academia.

En el ámbito literario, Juan Menéndez Pidal es hoy recordado, especialmente, por su recopilación de poesías y tradiciones folclóricas (en su mayoría asturianas). El archivero aprovechaba sus vacaciones para recoger, de la boca del pueblo, los romances y poemas que sirvieron, posteriormente, como base del estudio del romancero castellano. Su libro Colección de los viejos romances que se cantan por los asturianos en la danza prima, esfoyazas y filandones (1885) fue acogido con entusiasmo por los entendidos.

El paso de Juan Menéndez Pidal por la Academia fue breve; murió seis meses después de su ingreso, el 28 de diciembre de 1915.

• La Real Academia Española, 1999, Alonso Zamora Vicente (p. 93).
• Documentación digitalizada de Juan Menéndez Pidal en el archivo de la RAE.
• Juan Menéndez Pidal en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia (RAH).