José Francos Rodríguez

Retrato de José Fracos Rodríguez por Ramón Casas (1904-1905). © Museu Nacional d'Art de Catalunya

letra D

Toma de Posesión

16 de Noviembre de 1924

Fallecimiento

11 de Diciembre de 1931

José Francos Rodríguez

Académico de número

Madrid, 1862-1931

Nacido el 5 de abril de 1862, el periodista, escritor y político madrileño tomó posesión de su sillón académico el 16 de noviembre de 1924 con el discurso titulado El periódico y su desenvolvimiento en España. Francos Rodríguez —que antes de dedicarse al periodismo había estudiado medicina— fue ayudante del médico y académico Carlos M.ª Cortezo, quien se encargó de responderle, en nombre de la corporación, el día de su ingreso en la Academia.

«Hay en el periodismo algo que le diferencia de los demás géneros literarios; no tiene ni la substancia del discurso, ni el arrebato de la poesía, ni el plan del drama, ni el ordenamiento de la novela, ni el examen minucioso de la crítica; pero lo es todo al mismo tiempo: convence como la arenga, conmueve como los versos, subyuga como la ficción escénica, interesa como el relato novelesco y persuade como las reflexiones del juzgador» (El periódico y su desenvolvimiento en España,1924, p. 10).

La firma de Francos Rodríguez aparece en casi todos los periódicos de la época, tanto nacionales como internacionales; su colaboración periodística fue también abundante en diarios americanos. En sus inicios fue redactor de El Siglo Médico, donde escribió sobre temas relacionados con su formación, la medicina. Fue colaborador, más adelante, de El Extremeño (Plasencia, 1880), El Pueblo, El País, La Ilustración Española, Alma Española Revista Nueva (1899), y de La Esfera en 1917, así como de Nuevo Mundo Mundo Gráfico y del ABC La Razón de Buenos Aires en 1925. Además de redactor, fue también director de distintos periódicos: La Justicia (1899), El Globo (1896-1902) y el Heraldo de Madrid (1902-1909).

Francos Rodríguez presidió la Asociación de la Prensa de Madrid desde 1922 hasta su muerte, en 1931; antes de ser nombrado presidente había sido tesorero de la asociación desde 1903. Durante su mandato se inauguró, en 1928, la sede de la asociación en el actual edificio del Palacio de la Prensa, en la madrileña plaza del Callao.

Además de su intensa labor periodística, la carrera de Francos Rodríguez estuvo vinculada a la política; afiliado al Partido Liberal Democrático, fue diputado por primera vez en 1898, representando al distrito de Comao (Puerto Rico). Después lo fue de Almansa (Albacete, 1901 y 1905) y de Alicante (desde 1907 hasta mayo de 1923), donde fue nombrado senador vitalicio. En las elecciones de 1907 fue el segundo candidato más votado en la provincia de Alicante, después de José Canalejas Méndez.

A lo largo de su carrera, los puestos relevantes que ocupó Francos Rodríguez fueron constantes; en 1910 sucedió a Alberto Aguilera y Velasco y fue nombrado alcalde de Madrid hasta marzo de 1912, y de junio a octubre de 1913 fue gobernador civil de Barcelona. Desempeñó, en dos ocasiones, el cargo de director de Correos y Telégrafos; la primera desde noviembre de 1909 hasta febrero de 1911 y la segunda de diciembre de 1915 a 1917, año en que cesó para ocupar el puesto de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en el gabinete presidido por García Prieto. Después de pasar por el Ministerio de Instrucción Pública, en 1921 fue nombrado ministro de Justicia. En 1920 representó a España en los actos celebrados en Chile para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento del estrecho de Magallanes. Miembro de la RAE desde 1924, en 1930 fue elegido académico de honor de la Academia Iberoamericana y Filipina de Historia Postal de Madrid y recibió, ese mismo año, la Medalla de Oro del Trabajo.

Más allá de su faceta como periodista y político, Francos Rodríguez  —que en ocasiones escribió bajo el seudónimo de Juan Palomofue también autor de todo tipo de libros: teatro, La encubridora (1888); ensayo, El teatro en España (1908-1909) y La mujer y la política (1920); historia, Vida de Canalejas (1918); política, Escepticismo político de la clase obrera (1884), y zarzuelas, Chispita o el barrio de Maravillas (1902), El señorito (1907), etc.

Escribió, también, testimonios contados de primera mano: Cuando el Rey era niño (1895), En tiempos de Alfonso XII, Días de la Regencia (1895-1922), Contar vejeces, El año de la derrota (1930), etc. Uno de sus trabajos literarios más populares fue la adaptación a escena de obras extranjeras: Tosca, de Sardou; Las vírgenes locas, de Prévost, y Edmundo Kean, de Dumas.

En 1928 reunió sus evocadoras crónicas en varios volúmenes con el nombre de Memorias de un gacetillero, que constituyen una de sus obras más importantes y que escribió tras sufrir una apoplejía que le obligó a aprender a escribir con la mano izquierda. Antes de ser reunidas en volúmenes, estas crónicas fueron publicadas en el diario ABC.

Francos Rodríguez, hoy recordado por sus tareas de gobierno y por su intervención en el urbanismo de Madrid, murió en Madrid el 11 de diciembre de 1931. Su discurso de ingreso en la RAE muestra el cercano punto de vista y la honda reflexión de un profesional que dedicó su vida, además de a la política, al periodismo.

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