Ignacio Bolívar Urrutia

Retrato de Ignacio Bolívar, 1935. © Archivo fotográfico de Eugenio Morales Agacino. Biblioteca de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)

letra F

Toma de Posesión

18 de Enero de 1931

Fallecimiento

19 de Noviembre de 1944

Ignacio Bolívar Urrutia

Académico de número

Madrid, 1850-Ciudad de México, 1944

El 18 de enero de 1931 ocupó el sillón F de la RAE el eminente naturalista Ignacio Bolívar con el discurso titulado El lenguaje de la Historia Natural: «La mayor parte de los escritores que en la Edad Media han comentado las obras de Historia Natural de los autores griegos y latinos han aceptado sus errores sin molestarse en rectificarlos, discurriendo sobre la madre Naturaleza desde el fondo de su cuarto sin asomarse a la ventana para saludarla» (p. 10). El académico Vicente García de Diego le dio la bienvenida a la Academia: «Si esta fiesta señala una fecha honrosa para la ciencia natural, tengo la seguridad de que señala también un día grato para la Academia Española» (p. 45).

Nacido en Madrid el 9 de noviembre de 1850, Bolívar estudió Derecho y Ciencias Naturales en la Universidad Central de Madrid. En aquellos años de estudiante, entre 1867 y 1870, entró en contacto con el Museo de Ciencias Naturales y con el Jardín Botánico de Madrid, donde se cursaban muchas de las asignaturas de la carrera, e hizo numerosas excursiones para estudiar, in situ, la que sería su pasión, la entomología —una rama de la zoología que estudia los insectos—.

Visitó las sierras de Guadarrama y de Gredos y pasó los veranos en diferentes puntos de la costa cantábrica. Comenzó a intercambiar impresiones científicas con especialistas nacionales e internacionales en insectos ortópteros —como los saltamontes y los grillos—, y dio con importantes hallazgos que culminaron en la publicación de la Sinopsis de los ortópteros de España y Portugal en 1876, un trabajo de más de trescientas páginas que modificó el número de especies de ortópteros identificadas en España; de cincuenta el número de especies ascendió a ciento ochenta y una, pertenecientes a setenta y seis géneros distintos.

En 1877 obtuvo la cátedra de Entomología en la Universidad de Madrid e ingresó en la junta de profesores del Museo de Ciencias Naturales, donde trabajó en la revisión y formación de colecciones, de insectos y crustáceos. Desde entonces, publicó numerosas investigaciones entomológicas y su labor fue reconocida internacionalmente, convirtiéndole en una de las primeras autoridades del mundo en insectos. Además de la obra ya mencionada, destacan, entre otras, Artrópodos del viaje al Pacífico verificado de 1862 a 1865 (1884), Estudios entomológicos (1912-1918) y Nuevos elementos de Historia Natural, varias veces reeditada.

Bolívar enarboló la bandera del estudio de las ciencias naturales en España y figuró en todas las asociaciones científicas de su tiempo; fue llamado a ordenar las colecciones de los museos naturales más importantes de la época, como el de Lisboa, París u Oxford, y perteneció a la Junta para Ampliación de Estudios en España, desde la que transformó profundamente la estructura de los estudios de Ciencias Biológicas en España. Fue el socio más joven de los catorce fundadores de la señera Sociedad Española de Historia Natural, donde se juntaron las más importantes figuras de la investigación de las ciencias naturales en España y desde la cual se publicaron importantísimos y rigurosos trabajos científicos de prestigio internacional. En 1898 fue elegido académico de la Real Academia de Ciencias.

Bolívar y su familia tuvieron que exiliarse al acabar la Guerra Civil en 1939; las instituciones en las que el entomólogo trabajaba se disolvieron o fueron asimiladas por otros organismos estatales. Por eso, el 26 de julio de 1939 la familia Bolívar viajó al puerto de Veracruz a bordo del vapor Monterrey. Prueba de su reconocimiento internacional, la Sociedad Mexicana de Historia Natural le recibió con admiración y cariño y le nombró socio honorario de la Universidad Nacional de México, profesor honorario y doctor honoris causa. En México, Bolívar supo rodearse de los más prestigiosos científicos de habla hispana y fundó la revista Ciencia. Revista hispanoamericana de Ciencias puras y aplicadas, con el objeto de publicar los trabajos de todas las disciplinas científicas; el primer y exitoso tomo se publicó el 1 de marzo de 1940.

Ignacio Bolívar Urrutia —el experto en saltamontes y en grillos— murió en Ciudad de México el 19 de noviembre de 1944, lejos de su tierra. En España, su muerte apenas tuvo repercusión; sin embargo, el 30 de enero de 2019 el Gobierno homenajeó a siete científicos exiliados, entre los que se encontraba Ignacio Bolívar.

Su figura, como la de un ortóptero, sigue dando saltos por el Museo de Ciencias Naturales de Madrid y por las sierras de Gredos y Guadarrama, donde aún se escucha el agudo y monótono sonido que producen, al agitarse, las oscuras alas de grillo del prestigioso naturalista.

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El entomólogo Ignacio Bolívar (1850-1944). ©Museo Nacional de Ciencias Naturales

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