Félix Torres Amat

Imagen Félix Torres Amat

letra T

Toma de Posesión

1 de Enero de 1847

Fallecimiento

29 de Diciembre de 1847

Félix Torres Amat

Académico de número

Sallent de Llobregat (Barcelona), 1772-Madrid, 1847

En 1847 ocupaba su asiento en la RAE el obispo y traductor de la biblia Félix Torres Amat, que llevaba más de veintiún años en la Academia, desde que fue admitido como honorario el 6 de julio de 1826.

Nacido en Sallent de Llobregat (Barcelona) el 6 de agosto de 1772, Torres Amat fue teólogo, traductor, canónigo, historiador, obispo, anticuario y bibliógrafo. En 1794 se doctoró en Filosofía y Teología en la Universidad de Cervera (Lérida), y ese mismo año fue nombrado profesor de Filosofía y Matemáticas en Tarragona. Dos años más tarde fue nombrado rector del seminario tarraconense y, en 1802, comenzó a enseñar la Sagrada Escritura. Sin embargo, su labor docente se vio interrumpida en 1805, cuando fue nombrado canónigo de la colegiata del Real Sitio de San Ildefonso (Segovia), de la que era abad su tío el arzobispo de Palmira Félix Amat. En junio de 1810 se trasladó a Madrid para ocupar la cátedra de Retórica, Filosofía y Matemáticas en los Reales Estudios de San Isidro, en la que permaneció dos años. Con el retorno del absolutismo en 1814, Torres Amat regresó a Cataluña junto con su tío, donde fue nombrado sacristán mayor de la catedral de Barcelona; en aquella época fue muy conocido por sus sermones conciliadores y por el elogio fúnebre que pronunció en los funerales de la segunda esposa de Fernando VII, la reina Isabel de Braganza, el 21 de enero de 1819.

A pesar de haber defendido la obra de su tío, que fue censurada por jansenista e incluida en el Índice de Libros Prohibidos de la Inquisición, Torres Amat fue nombrado vicario general de Barcelona en 1820 y, el 20 de enero de 1834, fue elegido obispo de Astorga (León). Durante su pontificado, Torres Amat vivió unos años muy agitados; la situación política hizo que se interrumpieran las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y los gobiernos liberales radicales intentaron desarticular la organización eclesiástica. En 1837 fue nombrado senador por la provincia de Barcelona y, en 1839, terminada la Primer Guerra Carlista, se dedicó a rehabilitar el Seminario de Astorga, que en 1836 había sido convertido en casa-cuartel.

Aunque fue una personalidad muy relevante en el mundo eclesiástico, su mayor proeza y el trabajo que lo consagró definitivamente fue la traducción de la Biblia al castellano, aprobada y ensalzada por el cardenal de Toledo, que difícilmente concedía permiso para imprimir libros. La Biblia de Torres Amat fue reeditada y anotada por diversos autores durante muchos años. 

Además de su célebre traducción de la Biblia, Torres Amat publicó La felicidad de la muerte cristiana meditada en ocho días (1832), y sus famosas Memorias para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores catalanes y dar alguna idea de la antigua y moderna literatura de Cataluña (1836). Su libro, Apología Católica de las Observaciones pacíficas del Arzobispo de Palmira, don Félix Amat (1843), que defendía la obra de su tío de la censura, fue prohibido en Roma en 1847.

Además de a la Real Academia Española, Torres Amat perteneció a la Academia de Buenas Letras de Barcelona y a la Real Academia de la Historia. En la RAE, su presencia como académico de número fue fugaz; murió en Madrid el 29 de diciembre de 1847, el mismo año en que había sido nombrado académico de número, con el sillón T sin estrenar.

 

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