Emilio Gutiérrez-Gamero

Imagen Emilio Gutiérrez-Gamero

letra M

Toma de Posesión

6 de Junio de 1920

Fallecimiento

26 de Marzo de 1936

Emilio Gutiérrez-Gamero

Académico de número

Madrid, 1844-1936

El 6 de junio de 1920, a los setenta y seis años, el político y escritor Gutiérrez-Gamero ocupaba su asiento en la RAE con la lectura del discurso de ingreso La novela social: «La novela es en cada momento dócil muestra de la sensibilidad de cada pueblo» (p. 9). Daniel de Cortázar fue el encargado de darle la bienvenida a la Academia.

Nacido en Madrid el 7 de mayo de 1844, Gutiérrez-Gamero estudió Derecho en Madrid, donde pronto se incorporó, como funcionario, en las tareas de la Real Academia de Jurisprudencia. Posteriormente, trabajó como agente de bolsa y en 1872 inició su carrera política como diputado por Córdoba. De convicciones republicanas, Gutiérrez-Gamero se exilió en París tras la Restauración borbónica en España y regresó para adherirse a la Izquierda Dinástica —el partido político creado en 1881—, en donde ocupó, entre otros cargos, el de gobernador de Valencia.

Gutiérrez-Gamero compaginó su carrera política con la literaria y publicó numerosas novelas de rasgos realistas con algún poso aún de la novela romántica del siglo xix. Su primera novela fue Sitilla (1897), a la que siguieron, entre otras, El ilustre Marguindoy (1899), La olla grande (1902), La derrota de Mañara (1907), Clara Porcia (1925) y Entre Purgatorio y Gloria, que publicó a los 87 años, en 1931. En sus textos se respira la crispada situación política de su tiempo, que recogió sin estridencias, con templanza, con un estilo tan correcto «que quizá contribuyó al tono gris de sus narraciones» (La Real Academia Española, p. 175).

Publicó también libros de memorias, de estilo ameno y despreocupado, en los que recreó —vistos desde Madrid— los recovecos y entresijos de la vida nacional: los frecuentes alborotos revolucionarios, las epidemias, la sociedad de espectáculo y los chascarrillos y secretos de la vida académica. Fruto de esos recuerdos son sus obras Mis primeros ochenta años (1926), Lo que me dejé en el tintero (1928) o La España que fue (1929).

Además de  novelas y  memorias, Gutiérrez-Gamero practicó la crítica literaria en la prensa, donde publicó numerosos artículos.

Emilio Gutiérrez-Gamero, que había reunido, «con el transcurso de aquel vivir no muy tranquilo, un caudal de observaciones, fruto del conocimiento de la sociedad, traficando, bullendo, intrigando y sufriendo o gozando intensamente» (discurso de ingreso en la RAE, p. 49), murió en Madrid con más de noventa años, el 26 de marzo de 1936.

«¡Cómo cambia el modo de la novela a medida que va evolucionando la vida social! Romántica, histórica, realista, naturalista, psicológica, simbólica, política, sociológica, modernista y tantos motes más como se podrían añadir a estos, son manifestaciones del deseo de dar con una fórmula expresiva del contenido ideológico del ambiente» (Emilio Gutiérrez Gamero, La novela social, 1920, p. 9)

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