Eduardo de Hinojosa

Eduardo de Hinojosa (1852-1919). © Real Academia Española

letra T

Toma de Posesión

6 de Marzo de 1904

Fallecimiento

19 de Mayo de 1919

Eduardo de Hinojosa

Académico de número

Alhama de Granada, 1852-Madrid, 1919

El historiador granadino tomó posesión de su plaza de académico el 6 de marzo de 1904, bajo la presidencia del joven rey don Alfonso XIII. Leyó el discurso titulado Relaciones entre la poesía y el derecho y le respondió, pasando revista a la biografía de Hinojosa, su amigo el académico Alejandro Pidal y Mon: «Como abundante residuo de oro puro depositado en el crisol, como puñado de preciosas piedras exhibidas sin pretensión en la palma misma de la mano, prodiga sus riquezas este escritor en sus trabajos literarios» (p. 45).

Eduardo de Hinojosa nació en Alhama de Granada el 25 de noviembre de 1852. Era, en palabras de Pidal y Mon, «un andaluz de nacimiento y de raza, como se veía más claro, cuando era un poco más joven, en sus ojos negros y rasgados, en lo atezado de su tez, aceitunada y morena, en el color de endrina de su barba y de sus cabellos» (p. 50).

Además de licenciarse en Derecho Civil y Canónico y de doctorarse en 1872 por la Universidad de Granada, Hinojosa se licenció en Filosofía y Letras en Madrid y se doctoró en 1883. Inició su tarea docente como profesor de Derecho Romano en 1874 y compaginó la enseñanza con la colaboración como redactor en La España Católica. En 1875 ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios y consiguió una plaza en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. En 1884, tras obtener la cátedra de Historia de las Instituciones de España en la Edad Media en la Escuela Superior de Diplomática, Hinojosa dejó su puesto en el museo y se dedicó de lleno a la enseñanza hasta su muerte.

Hinojosa, que consagró su vida a la investigación, coqueteó durante algunos años con la política y fue gobernador civil de Alicante (1891), de Valencia (1892) y de Barcelona (1900). Sin embargo, la vocación de investigador siempre lo acompañó y aprovechaba sus ratos libres en los archivos de aquellas ciudades en busca de documentos.

La historia del derecho fue la piedra angular de la investigación de Hinojosa. Fruto de su brillante trabajo como historiador del derecho fueron las obras Historia del Derecho romano (1880), La jurisdicción de los visigodos (1824), Historia del Derecho español (1887), El derecho en el Poema del Cid (1902), Francisco de Victoria y sus discípulos (1889) y El elemento germánico en el derecho español (1901), entre otras. Sus investigaciones se caracterizaban por el rigor y por la acumulación de fuentes bibliográficas inéditas que el escritor obtenía de los archivos de España y del extranjero, sobre todo de Alemania.

Además de miembro de la Española, Hinojosa fue académico y secretario de la Real Academia de Historia desde 1911 hasta su muerte y bibliotecario de la Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 1909 hasta su muerte. Perteneció, también, a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y a la de Buenas Letras de Sevilla.

Aquel joven granadino de ojos negros y rasgados, tez morena y barba de color de endrina, moderó con los años y el estudio su sangre árabe y adquirió, ya de adulto, «un aire de profesor alemán de origen abencerraje» (Relaciones entre la poesía y el derecho, p. 50).

Eduardo de Hinojosa murió en Madrid el 19 de mayo de 1919. En su discurso de ingreso en la RAE, el granadino con aire de profesor de alemán reivindicaba, con cierta nostalgia, la estrecha relación que existió en la Antigüedad clásica entre la ley y la poesía: «Hubo un tiempo en que el derecho y la poesía se hallaban estrechamente unidos, se mecían en la misma cuna y vivían, por decirlo así, una misma vida» (p. 7).

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