Tres años después de la muerte del primer ocupante de la silla C, Gabriel Álvarez de Toledo, hacía entrada en la RAE el nuevo propietario del sillón, Alonso Rodríguez Castañón. Con su discurso de entrada nació la costumbre, mantenida hasta hoy, de que el nuevo académico pronunciara un elogio de su predecesor en la silla.

Nacido en Lois (León) el 7 de octubre de 1669, Alonso Rodríguez Castañón fue caballero de Alcántara y colegial del mayor de San Ildefonso (Alcalá de Henares). Antes de ser miembro de la RAE, Rodríguez Castañón asistió con gran interés a las juntas de la Real Academia Española, en las que participó como oyente. Sin embargo, una vez elegido académico, su interés pareció desinflarse y en abril de 1719 dejó de frecuentar dichas juntas. Su prolongada ausencia llevó a la Academia a pedirle cuentas en agosto de 1720; entonces, Rodríguez Castañón se disculpó alegando que «una molesta enfermedad le forzó a retirarse a la montaña, su patria, para reponerse, y que, vuelto a su Colegio de Alcalá, estaba dispuesto a trabajar en lo que pudiese en servicio de la Academia» (Emilio Cotarelo y Mori, 1914, pp. 105-106).

Rodríguez Castañón no cumplió con su palabra y apenas colaboró en las tareas académicas. Pronto se trasladó a Sevilla como fiscal de la Audiencia, donde murió el 16 de junio de 1725.

• La Real Academia Española, 1999, Alonso Zamora Vicente (pp. 19, 47).
• Documentación digitalizada de Alonso Rodríguez Castañón en el archivo de la RAE.
• Alonso Rodríguez Castañón en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia.